Tipos de apertura

La puerta tradicional, aquella que se fija por un lateral al compartimento, mediante bisagras (que pueden ser vistas u ocultas) y gira para abrirse. Fácil y práctico de abrir, suele costar menos que otros tipos.

Gracias a un contramarco en forma de caja, la puerta corredera desaparece en el espesor de la pared. Es importante comprobar que éste último no contenga pilares ni chimeneas. La puerta corredera interior garantiza el máximo ahorro de espacio.

Gracias a carriles telescópicos o guías deslizantes, la puerta se desliza paralelamente a la pared o a un panel de cristal, superponiéndolo. La puerta corredera exterior no requiere obras de albañilería para su instalación y es muy decorativa.

En la puerta batiente, la puerta gira sobre sí misma y empuja hacia ambos lados gracias a un pasador. Deslizándose hacia el borde del compartimento, reduce mucho el espacio ocupado en comparación con una puerta batiente: de hecho, se gana el 50% de espacio.

El panel está dividido en dos porciones móviles que se deslizan y se pliegan hacia un lado: las porciones pueden ser simétricas (como se muestra en la imagen) o asimétricas (como en nuestra puerta Mix). Es muy ventajoso cuando se necesita un espacio pequeño.

Gracias a nuestra patente, la puerta Biverso se puede abrir tanto tirando como empujando. Podrás decidir en el último momento cómo y dónde montarlo, con apertura a la derecha o a la izquierda, a cada lado de la pared o en el interior de la cavidad de la pared. Al ser Filomuro, garantiza la integración total del marco en la pared y puede camuflarse completamente gracias a la versión pintable.

La puerta gira sobre un pasador gracias a la fijación a un soporte. Debe elegirse cuando se requiere coplanaridad absoluta en ambos lados.